
La educación sensorial, clave para el aprendizaje y el intelecto
Catherine L’Ecuyer es autora de los bestsellers Educar en el asombro y Educar en la realidad. Investigadora y divulgadora en el campo de la educación, acaba de dar una conferencia para Gestionando Hijos en la que aborda cuestiones de gran interés:
La educación sensorial, clave para el aprendizaje y el intelecto
Define Catherine L’Ecuyer la sensibilidad “como una especie de honda que permite al asombro sintonizar con la realidad. Es una especie de radar que lo abarca y capta todo”. Añade: “Nuestros hijos prestan atención plena a través de los cinco sentidos y cuanto más rica en matices sea esa capacidad de percibir la realidad, más ricos en matices serán los pensamientos”.
La importancia de las experiencias sensoriales para el buen desarrollo intelectual es bien conocida desde hace tiempo. No en vano, recuerda Catherine, “decía Aristóteles que no hay nada que exista en el intelecto que primero no haya nacido en los sentidos. Posteriormente, María Montessori decía que la educación sensorial es la base para la educación intelectual y la educación moral”.
La hiperestimulación que dificulta la educación sensorial
“¿Cuál es el mayor obstáculo para el aprendizaje?”, se pregunta. Y aunque en épocas pasadas el problema principal y más estudiado fue la carencia de estímulos, el panorama hoy en día es bien distinto. “En 2018 sabemos que si bien es verdad que la carencia es un problema para el aprendizaje la sobreestimulación es igual de perjudicial. Hay estudios que lo confirman”, afirma la experta.
“Un estudio de 2007 demuestra que existe una correlación entre el consumo de videojuegos violentos y la baja sensibilidad”, nos cuenta Catherine. Las personas participantes en el estudio que habían jugado mucho tenían más dificultad de reconocer un rostro alegre en una persona. Catherine apunta el porqué: “La capacidad de percibir la alegría en un rostro requiere sensibilidad, empatía, que viene a ser sentir con el otro. La violencia anestesia esa sensibilidad. Por lo tanto baja la sensibilidad, sube el umbral de sentir y necesitamos esos estímulos cada vez más rápidos para poder sentir”.
La rapidez de los estímulos en la educación sensorial
También existen estudios que relacionan “el consumo de pantalla en la infancia con la inatención más adelante”. Catherine cita a Dimitri Christakis, experto en el efecto pantalla, que dice que “una exposición prolongada a cambios rápidos de imágenes durante los primeros años de vida condicionaría la mente a niveles de estímulos más altos, lo que llevaría a una falta de atención más adelante en la vida”. De hecho, subraya L’Ecuyer, un estudio dice que “por cada hora diaria de consumo de pantalla antes de los tres años, hay un 10% más de probabilidad de tener inatención con siete”.
Se puede acceder a la conferencia completa aquí: